2 de octubre de 2025
Salarios vs inflación: quiénes fueron los ganadores y perdedores en lo que va de la gestión Milei

El poder adquisitivo real muestra grandes diferencias de acuerdo a la categoría del trabajador. Los estatales, los que más perdieron, según un informe privado
Lo cierto es que la elevada inflación de fines de 2023 y principios de 2024 golpeó a todos los grupos. Los jubilados fueron los más impactados en febrero de 2025, cuando llegaron a perder un 30% de poder adquisitivo respecto de noviembre de 2023. Los que perciben la mínima también atravesaron su peor momento en ese mes, con una reducción del 25% en su ingreso real.
El informe aclara que, al tomar los datos más recientes de inflación disponibles, correspondientes a agosto de 2025, se observa un cuadro diferenciado: los trabajadores públicos acumularon una pérdida del 14% en comparación con noviembre de 2023, los jubilados con la mínima perdieron un 5%, los asalariados privados formales se mantuvieron estables y los jubilados con haber sin bono lograron una mejora real del 10 por ciento.
El análisis de Argañaraz distingue entre quienes cobran solo el haber jubilatorio y quienes perciben la mínima más un bono de $70.000. Mientras los primeros muestran cierta recuperación en los últimos meses, los segundos mantienen una pérdida del 5% frente a noviembre de 2023. La razón está en que el bono no se actualiza y pierde valor a medida que avanza la inflación.
El estudio advierte que “en la medida que la inflación se mantenga estable en un nivel positivo, el ingreso real de este grupo poblacional se seguirá achicando”.La comparación con 2017 ofrece un panorama menos favorable. Ese año se registraron los ingresos reales más altos de los últimos nueve años. En relación a ese punto de referencia, los jubilados que cobran el haber presentan una pérdida acumulada del 41%. “Es decir que se requeriría un aumento del 70% para volver a esos niveles”, señala Argañaraz.
En los jubilados que perciben la mínima con bono, la pérdida llega al 23% respecto al promedio de 2017, lo que implicaría una mejora real del 30% para recuperar ese poder de compra.Los asalariados privados formales muestran una pérdida del 20% en relación al promedio de 2017. En tanto, los empleados públicos registran un retroceso del 33%, lo que demandaría un aumento del 50% para volver a los niveles de aquel año.La brecha respecto a los niveles de 2017, sin embargo, muestra que todos los grupos permanecen lejos de los valores más altos de la última década. La recuperación de ingresos reales dependerá, en gran medida, de la dinámica inflacionaria en los próximos meses y de la capacidad de los ajustes salariales y jubilatorios para acompañar la evolución de los precios.
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