20 de diciembre de 2025
Así funcionaba el esquema ponzi que habría utilizado la diseñadora de alta costura para estafar a sus inversores

La dueña del local de moda y los otros tres imputados fueron puestos en libertad. Sin embargo, deberán cumplir ciertas reglas de conducta para no volver a la cárcel
En línea con la investigación, apuntaron que el local de la marca funcionó como epicentro de la operatoria. Allí se exhibían vestidos de fiesta y fotografías con personalidades, incluidos futbolistas y familiares, presentados como supuestos clientes. Para la Fiscalía, este entorno, junto con la imagen de la diseñadora como emprendedora exitosa, habría generado confianza entre los potenciales inversores.
La Fiscalía detalló que los intereses ofrecidos alcanzaban hasta un 30% mensual, aunque luego se reducían al 20 o 18 por ciento según el monto invertido, cifras que quedaban documentadas en los pagarés entregados a los aportantes.
De esa manera, consideraron que la participación de los otros imputados resultó clave para el funcionamiento del sistema. En el caso de la ex empleada, indicaron que asumió tareas administrativas en el local desde febrero de 2024.
Entre ellas, el pago de impuestos, depósitos bancarios y pagos en mutuales y financieras, y luego pasó a recibir el dinero de los inversores y a pagar intereses, manteniendo contacto directo con varias víctimas a través de WhatsApp.La Fiscalía subrayó que tanto ella como el peluquero realizaron inversiones propias y captaron a nuevos aportantes valiéndose de sus vínculos personales. Algunas víctimas declararon que conocieron la operatoria a través de R. F. R., quien la recomendaba como confiable y mencionaba que su pareja (M. E. J.) también invertía allí.Por otro lado, aseguraron que la expansión del negocio llevó a la acusada a habilitar una oficina en Italia al 800, destinada exclusivamente a la recepción y retiro de dinero de los inversores, separando esa actividad del comercio de vestidos.
Tras exponer estos detalles, la fiscal Granato sostuvo que la dinámica respondía a un esquema Ponzi clásico, en el que los intereses se pagaban con el dinero de nuevos inversores y el sistema solo se sostenía mientras el flujo de ingresos permanecía activo.
A medida que los incumplimientos persistieron, crecieron los reclamos y la imputada modificó su relato en varias oportunidades, alegando problemas con organismos fiscales, robos cometidos por ex empleados y cuestiones de salud, incluso presentando certificados médicos. Pese a distintas reuniones y propuestas de pago, ninguno de los inversores recuperó su dinero después del 23 de septiembre de 2024.
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