"¡Mami, comprame un celu!". Los chicos argentinos tienen teléfono desde los nueve años y lo reclaman desde los siete
Primero, fue el problema de la remera: Sofía, que tenía 9 años, no se enteró de que sus compañeras se habían puesto de acuerdo para ir todas vestidas de verde cupcake al cumple de Zoe. Después, se perdió la pijamada de con sus mejores amigas. "Lo pusimos en el grupo de Whatsapp", se disculparon. Pero cuando faltó y no se enteró de la prueba de Sociales, se produjo es estallido. "Todo por no tener un celular. Soy la única ". Sofía Spotorno bramaba enojada, que la causa de todos sus males era que los padres se negaban a darle un teléfono. El argumento los desarmó: "me quedo afuera de todo", dijo. Erica y Ramiro, los papás, le pensaron mejor. Y finalmente accedieron a darle el teléfono viejo de la mamá. "No queríamos que tuviera uno hasta la secundaria, pero los tiempos cambiaron", reconoce Erica, aunque ahora, un año después vive preocupada por la vida de su hija en las redes. "Está todo el día con el celular", reconoce.